viernes, 2 de febrero de 2007

Este es mi mundo

Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. (Saint Exupery)

Hoy he regresado de viaje. Han sido dos intensos días en Alemania muy provechosos. Sin embargo, no quiero hablar todavía de este viaje. Prefiero contar mis reflexiones porque cuando estás volando, te alejas del mundo, y ese, precisamente ese momento, tu mente no está atada a tu cuerpo. Supongo que el instante debe ser parecido a la muerte de Thoreau, solo que cuando sueñas sin ataduras, realmente has ido a los bosques asorberle el jugo a la vida. Es una pena que los vuelos no se prolonguen días ..., meses, ...., vidas, o, ¿acaso si se prolongan?.
Pensaba en El origen, en mi vida, en los aspectos que me ilusionan, en mi tierra. Cuando vuelo por la noche no puedo evitar pensar en mi tierra. Cómo queremos a nuestra tierra. Qué orgullosos estamos de haber nacido en ella, de nuestros paisanos. Yo no puedo evitarlo. Pienso en esa tierra que está abajo..., a los lados..., a mil millas..., al otro lado del mundo y pienso, ¡qué maravillosa es mi tierra!

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