martes, 6 de febrero de 2007

De nuevo la elegancia

Hoy he visto una de las mayores aberraciones que se puede encontrar en este mundo del porno. Seguro que el nombre de Max Hardcore se relaciona mentalmente con los más depravado de lo que se ha producido nunca. Y es verdad.

Nunca me ha interesado este personaje hasta que leí lo que le sucedió a Rebeca Linares en un hotel de Barcelona con este individuo. La verdad, si uno ve la escena -si es que se le puede denominar así- piensa que las violaciones no deben ser muy distintas. Lo más sorprendente del caso es que la chica, pese a manifestar con sus gestos la profunda humillación a la que estaba siendo sometida, en ningún momento lo planta, le da una bofetada o, lo que es más sencillo, hace mutis por el foro, arranca la cinta de video al testigo de cargo y se va a la comisaría más cercana.

De nuevo, como esta vida es un continuo "shimmy", he vuelto a añorar al primer Andrew Blake, o a Mario Salieri, Directores que, sin quitarle un ápice de morbo a las escenas, conseguían un erotismo elegante, señorial, tan superlativo que en algunos casos se podrían mostrar estas tomas en foros en los que la pornografía pueda considerarse un estigma.


Creo que para apostillar este tema, no hay mejor frase que la de un gran poeta.

En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación. (Octavio Paz)

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